SWOON!SWOON!
AUSTRALIA
Compañía Strange Fruit
La eterna historia romántica de un chico que conoce a una chica es transformada en un cómico espectáculo aéreo. Cuatro valientes danzan y coquetean en esta alegre propuesta sobre el amor, la pérdida, los celos y la dicha, acompañados por una ecléctica banda sonora que va desde Puccini y Mozart hasta el swing, pasando por Frank Sinatra, Depeche Mode y Björk.
«Swoon! hará que los corazones latan más rápido, sin importar la edad de los espectadores». The Chicago Sun Times.
RESEÑALa compañía australiana Strange Fruit crea espectáculos maravillosos que fusionan teatro, danza y circo, echando mano a un único sistema de elevación. Inspirados en cómo el trigo se mueve al viento, los intérpretes se posan sobre mástiles flexibles de 4,5 metros de alto –diseño original de la compañía–, para doblarse y balancearse en el aire, cautivando y arrastrando a la audiencia a un estado de absoluta fascinación. La compañía presenta escenas que transitan entre el arte del mimo, lo bufonesco y las acrobacias de altura, actuando sobre las cabezas de los espectadores.
El nombre del espectáculo, Swoon! (desmayo, desvanecimiento), remite al viaje emocional que significa verlo, capturando además la incontenible sensación de resonancia que queda en la audiencia luego de presenciar el espectáculo. La pieza reflexiona sobre los caprichos del amor, la pérdida, los celos y el goce, acompañada por una banda sonora que va de Mozart al swing, pasando por Puccini, el compositor australiano Paul Healy, Frank Sinatra, Depeche Mode y Björk. Un espectáculo totalmente seductor que atrapa al público desde el primer instante.
Establecida en 1994, Strange Fruit es una reconocida compañía australiana basada en Melbourne que crea performances únicas para audiencias alrededor del mundo, sin importar su edad, idioma o bagaje cultural. Inspirándose en cómo se mueven con el viento los campos de trigo, los intérpretes actúan sobre mástiles flexibles de 4,5 metros de alto, inclinándose y balanceándose hasta lograr ángulos imposibles mientras combinan elementos del teatro, la danza y el circo. Con un repertorio de gran atractivo universal, accesible para todas las culturas y edades, Strange Fruit se ha presentado en 50 países, visitando más de 450 festivales internacionales. Recibieron el National Myer Performing Arts Award (Australia), el Silver Trophy de la Daidogei World Cup (Japón, 1999 y 2000), el Premio del Público (Valladolid, 2003) y el Governor of Victoria Export Award (2006).
Phillip Gleeson empezó en 1989 su entrenamiento de danza en el Bodenweiser Dance Centre de Sydney antes de asumir una posición en la Darc Swan Dance Company. Giró por toda Australia interpretando un repertorio para programas educativos y con temporadas especiales.
Como artista colaborador, ha trabajado con compañías como Kage, Danceworks y Chapel of Change, y ha estado involucrado en muchos proyectos independientes. Se unió a Strange Fruit en 1998 como intérprete, y empezó a girar con la compañía ya antes de aceptar la oferta de crear la coreografía para el espectáculo The Spheres. En 2004 dirigió The Three Belles para la compañía, la cual sigue girando internacionalmente hasta hoy. Tres años después creó Absolute Pearl, éxito total en Europa.
Fue nombrado asesor artístico en febrero de 2007, trabajando de manera cercana con el director artístico y el productor general en la gestión artística y la dirección de la compañía. En 2009, fue nombrado director creativo, dedicándose a expandir esta plataforma creativa mediante colaboraciones culturales.
Valiéndose de los característicos aparatos de Strange Fruit, los mástiles, la compañía fue capaz de colaborar y trabajar con múltiples formas, creadores e intérpretes teatrales, como una forma de expandir sus procesos creativos y como una manera de dar visibilidad a numerosas entidades culturales.
Sus proyectos actuales incluyen un trabajo a gran escala, site-specific, para la Expo Mundial en Yeosu, Corea del Sur; In the Shadow of the Dragon, una colaboración con el renombrado grupo coreano de música chamánica Noreum Machi, explorando la fusión entre las instalaciones basadas en espectáculos y la música y danza tradicional de Corea.
Su larga y fructífera relación con GREAEA lo condujo a un significante proyecto para la apertura de las Paraolimpiadas. Este trabajo implicó trabajar con 23 intérpretes cuyas habilidades iban desde una visión u oído disminuidos, hasta discapacidades físicas que incluyeron grandes problemas de movilidad como paraplejia y miembros amputados.
Cortejo a cinco metros de altura
«Las leyes de la gravedad no se hicieron para ellos. Tampoco las de la física, pues sus cuerpos alcanzan ángulos imposibles, aunque sí comparten con muchos otros mortales el hecho de estar en las nubes. O al menos un poco más cerca de ellas. Son los australianos Strange Fruit, que ayer dejaron a más de uno con la boca abierta y el cuello tieso durante su actuación en la Virgen Blanca.
Su espectáculo, Swoon! (desvanecerse) fue uno de los tres que ayer por la tarde inauguraron la cuarta muestra del arte de calle, Kaldearte, cuyas numerosas actuaciones llenarán hasta mañana las plazas y rincones más céntricos de Vitoria de humor, diversión y colorido.
Al igual que los catalanes Circo Delicia, cuyo número se desarrolló en el recinto de las antiguas murallas, y la elevada interpretación musical de David Moreno a medianoche en los jardines de la catedral nueva, los cuatro actores de Strange Fruit demostraron lo atractivo que puede ser vivir lejos del suelo. En concreto, a cinco metros de él, la altura a la que, encaramados a unas flexibles pértigas, desplegaron una fascinante actuación no verbal mezcla de danza, teatro y circo. Un sugerente cortejo en toda regla entre las dos parejas con duelo incluido, y en el que no faltaron las flores, los celos y los besos para contar una historia de amor, pérdida, alegría y libertad.
Mezcla vital y espiritual con algún que otro toque de humor que hipnotiza a niños y mayores y que no deja a nadie indiferente gracias a sus vueltas imposibles, los movimientos vertiginosos y las inclinaciones de escándalo hasta llegar a tocar al numeroso público que, atraído por la música y el buen tiempo, se congregó en la céntrica postal vitoriana. Atónitos, los espectadores observaron sus primeros balanceos, con los que representaban el trigo que se mece en el campo bajo la suave brisa.
Ambiente animado
Pero a medida que adquirían impulso, más de uno dejó escapar algún grito de asombro y miedo ante su, en apariencia, frágil equilibrio. “¡Que van a romperse!”, exclamaban Unai y Aritz, de diez años. “Es asombroso, da la impresión de que se van a caer. ¿Has visto cómo se doblan? Parece imposible que se mantengan tan tranquilos”, comentaban Jokin Aguirre y Ana García, mientras disfrutaban del espectáculo cómodamente sentados en una terraza.
“Estas cosas sí que merecen la pena, tenía que haber actuaciones de este tipo más a menudo y encima con el buen tiempo la gente responde y se crea un ambiente estupendo en la calle”, piropeaba Amaia Rubio, que había llegado casi al final de la función, pero prometía no perderse los otros dos pases nocturnos.
Para los que se quedaron con ganas de más, no hay que preocuparse, porque la animación continúa hoy y mañana con una amplia y variada carta que satisfará los gustos del más exigente. Circo, malabares, equilibrismo, música, pirotecnia y mucho humor conforman la receta ganadora para pasar un fin de semana único». Beatriz Corral. ElCorreo.com. 13 de junio de 2009.
Compañía Strange Fruit
Direccción Phillip Gleeson
Elenco Nami Hall, Emily Ryan, Christophe LeTellier y Daniel Newell
Director de producción Scott McBurnie
Encargado de seguridad Trevor Wight
Estreno 1999, Japón
Duración 20 minutos