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El montaje Célula es una historia de amor. Dos jóvenes -él y ella- encerrados en una habitación, esperan la señal que les indique el momento exacto para llevar a cabo su plan. Ellos son la célula clandestina encargada de la operación del movimiento al que pertenecen. Sus diferencias comienzan a sentenciar la espera. Un solo foco recorre el espacio y los cuerpos. Afuera es un día de fiesta.

Roberto Cayuqueo es actor egresado de la Universidad Bolivariana (2007) y actualmente es alumno tesista del Magíster en Artes con Mención en Dirección Teatral de la Universidad de Chile. En el año 2008 escribe y dirige Ayayai, obra con la que se le otorga la Beca Magíster en el Festival 8 de Directores Teatrales de la Universidad de Chile. Con la misma obra, obtiene el premio Nuevos Dramaturgos en el Festival Teatro del Sur 2008. El mismo año es Asistente de Dirección en el montaje El señor Bergman y Dios, dirigido por Marcelo Bertuccio en Buenos Aires, Argentina. Como actor, se ha desempeñado en la obra Fiesta dirigida por Trinidad González, con una primera temporada en el Teatro Mori Bellavista (2009), una segunda temporada en la Sala La Vitrina (2010) y una tercera en Teatro del Puente (2011) Fiesta es seleccionada para el I Festival Iberoamericano de Artes Escénicas Miradas, Sao Paulo, Santos, Brasil. También ha participado en el área audiovisual trabajando recientemente roles protagónicos en el cortometraje El salto de la princesa, dirigido por Joy Penroz, financiado por el Fondo Audiovisual 2012 y en el film El verano de los peces voladores, largometraje dirigido por Marcela Said. Actualmente es profesor guía de proyecto de título de la carrera de Actuación de la Escuela de Teatro de la Universidad Santo Tomás.

La compañía Teatro en Grupo está compuesta por cinco actores y un artista visual, todos egresados de distintas escuelas de Santiago. A partir de los intereses de cada uno, fueron tomando caminos que los hicieron coincidir en distintas situaciones de formación. Se encontraron, reiteradamente, en diferentes espacios que escogieron para desarrollarse como actores. Esos espacios generaron en ellos el reconocimiento de una identidad en común: pertenecen a un grupo humano que cuenta con las herramientas para abrir espacios en donde manifestar su opinión ante lo que sucede, en su contexto. Ellos escogieron el teatro, un lugar en donde pueden revelar lo que en el cotidiano se olvida, siendo este, su principal objetivo. En función de esa necesidad, desarrollan la búsqueda de un lenguaje teatral.

Para el primer trabajo de la compañía, tomaron un texto de autoría personal de uno de los integrantes y decidieron llamarlo Célula. El funcionamiento de la compañía se basa en la participación de todos, tanto dentro como fuera de la escena. Se trata de un proceso creativo en el que cada ocupación es parte de un sistema, en el que la importancia está en el rol, en la labor que se desempeña y no en el sujeto que asume ese rol. Por lo mismo, se interesan en asumir distintos roles según el montaje. Buscan indagar en la humanidad de los personajes en el teatro, como una manera también de acercarse a sus propias interrogantes. “Creemos que el teatro debe luchar por encontrar un lenguaje que se acerque al público, permitiendo al mismo tiempo, la entretención y la reflexión”, dice la compañía.

«La oscuridad y la luz usualmente se han interpretado como fuerzas antagónicas dentro de la mentalidad occidental, a diferencia del Oriente donde se intentan equilibrar mutuamente. Por eso las tinieblas, los pasillos al atardecer y las calles a medio iluminar producen pavor, ya que al desvanecerse la luz, se van junto con ella nuestra capacidad de percibir el entorno y la seguridad de un marco de referencia. Pero la oscuridad puede convertirse en el ambiente donde, desprovistos de toda distracción y en completa intimidad, es posible encontrarse con lo más hondo de la conciencia.

En un límite similar transcurre la obra Célula. Dos jóvenes, un hombre y una mujer, esperan encerrados en un cuarto las instrucciones que deben seguir para llevar a cabo un plan organizado por la célula clandestina a la que pertenecen. Un sólo foco (manipulado por un tercer ser), que va cambiando de posición durante toda la obra, nos permite observar el paso del tiempo entre estos dos individuos, a quienes la imposición de la espera los ha ido forzando a establecer una relación a pesar de sus diferentes puntos de vista. Sus conversaciones giran en torno a la vida cotidiana, contrastando con el ambiente estresante producido por la penumbra y el peligro de que puedan ser capturados en cualquier segundo. Sus discusiones políticas no están plagadas de consignas gastadas, sino que se basan en razones más elementales e ideas más empáticas, lo que les permite dudar respecto a sus propias perspectivas y le otorga mayor riqueza a los personajes. También resulta interesante que no se explicite las causas ni objetivos del atentado, pues ayuda a crear mayor suspenso. Detrás del ruido de la fiesta, se intuye que hay matanza en el aire o protesta en el viento, pero el desconocimiento de los hechos colabora a poner en duda las acciones planificadas. A la mitad de la obra los personajes empiezan a ser interpretados por otra pareja de actores, lo que sugiere que quizás este diálogo ya ha ocurrido antes; en otro tiempo, en otro lugar y con otras personas; y que si no logran hoy su objetivo, seguirá ocurriendo a futuro.

Célula es un excelente ejemplo de minimalismo teatral, donde se demuestra que basta un buen texto, una interpretación sencilla y una puesta en escena austera para hacer reflexionar y emocionar de forma más certera que en otro tipo de obras, elefantes blancos que caen en la grandilocuencia y el efectismo. Logra presentar una obra política sin caer en discursos maniqueos ni panfletos facilistas. Y consigue todo eso deambulando por una pieza a oscuras». Gaceta Blackout. 19 de octubre de 2012.

Compañía Teatro en Grupo
Dramaturgia Roberto Cayuqueo
Dirección Roberto Cayuqueo
Asistente de dirección Nathalia Galgani
Dirección de arte Simón Jara
Producción Dominga Gutiérrez
Elenco Santiago Tobar, Milena Bastidas, Dominga Gutiérrez y Roberto Cayuqueo
Técnicos en escena Simón Jara, Nathalia Galgani

Célula is a love story. A young couple, locked in a room, await the signal to spring their plan into action. They are the secret cell that their insurgent movement has tasked with the operation. Their differences start to add to the tension of waiting. A single spotlight moves of the space and actors. Outside, the city is celebrating a holiday.

Roberto Cayuqueo trained as an actor at the Universidad Bolivariana (2007) and is currently studying for an MA in theater directing at the Universidad de Chile. In 2008 he wrote and directed Ayayai, for which he won a master’s studentship at the Universidad de Chile’s Festival 8 for Theater Directors. The same work took the prize for best new playwright at the 2008 Festival Teatro del Sur . Also in 2008, Roberto worked as assistant director in Marcelo Bertuccio’s El Señor Bergman y Dios, in Buenos Aires, Argentina. He has also worked extensively as an actor, on Trinidad González’s Fiesta, with a first season run at the Teatro Mori Bellavista (2009), moving on to the Sala La Vitrina (2010) and with a final season at the Teatro del Puente (2011). Fiesta was selected for the 1st Festival Iberoamericano de Artes Escénicas Miradas in Sao Paulo, Santos, Brazil. He has also worked in the audio-visual field, recently taking lead roles in Joy Penroz’s short feature El salto de la princesa, financed by the Fondo Audiovisual 2012, and the feature film El verano de los peces voladores, directed by Marcela Said. He is currently the professor in charge of thesis guidance in acting at the Universidad Santo Tomás’s School of Theatre.

Teatro en Grupo is a company comprising five actors and one visual artist, graduates of different training programs in Santiago. Their interests combine to draw them down paths that have lead to different situations to expand their talents. They have frequently found themselves meeting in the different spaces that they have chosen to help them develop as actors. These spaces have allowed them recognize a shared identity: they belong to a group of people with the tools necessary to open up spaces in which to express their opinions on all things, in their own context. They picked the theater, a place where one can throw light on what is hidden behind the mundane everyday nature of life; that is their principal goal. They have set out on voyages of discovery in search of the theatrical language to bring that about.

This, their first work, takes a new text by one of the members of the group, which they decided to call Célula. The company’s direction arises through participation by all of its members, on and off the stage. This is a creative process in which every occupation is part of a system, where the emphasis is on the role, on the work performed, and not on the subject playing that role. They are therefore always keen to take on different roles, in harmony with their staging. They aim to investigate the human condition and characters in the theater, as a way of approaching their own questions as well. “We believe that the theater should fight to seek out a language that breaches the gap with the audience, bringing an opportunity for entertainment and reflection at the same time.

Company Teatro en Grupo

Dramaturgy Roberto Cayuqueo

Direction Roberto Cayuqueo

Direction assistant Nathalia Galgani

Art direction Simón Jara

Production Dominga Gutiérrez

Cast Santiago Tobar, Milena Bastidas, Dominga Gutiérrez and Roberto Cayuqueo

Stage technicals Simón Jara, Nathalia Galgani