Robert Wilson en Chile conversa sobre la creación escénica en Santiago a Mil
viernes, 28 enero, 2011 | Tema: Noticias, Noticias 2011 | | TweetEl reconocido director norteamericano, Robert Wilson, visitó Chile para participar del estreno de su montaje “Días felices” y participar del encuentro programado en el Cultural Gabriela Mistral (GAM) para conversar sobre trabajo como director, acompañado por la protagonista de esta obra, Adriana Asti, además del director y diseñador de teatro, Ramón López Cauly.
El multifacético artista norteamericano, quien estudió finanzas y arquitectura, ha trabajado como director, escenógrafo, coreógrafo, dramaturgo, escultor, profesor, pintor, dibujante, arquitecto, instalador, diseñador de muebles y objetos. “Su obra artística ha sido siempre una búsqueda experimental de propuestas hacia nuevos códigos de interpretación distanciados del realismo”, explicó el Decano de la Facultad de Artes de la Universidad Católica de Chile, Ramón López.
“Robert es un hombre que inventa un lugar, un espacio, inventa una situación casi de ciencia ficción”, expresó emocionada Adriana Asti, la actriz italiana que protagoniza Días Felices (pieza que Samuel Beckett escribió en los 60), refiriéndose a la razón por la cual había sido tan “extraordinario” trabajar con él.
Ramón López con sus preguntas indagó en el mundo artístico de Wilson, permitiendo que se develaran las coordenadas de su creación y las influencias que ha tenido a lo largo de sus más de 40 años de trayectoria en el mundo del teatro.
El artista del silencio
Robert Wilson toma el micrófono para iniciar esta conversación cuando Ramón López le hace ciertas preguntas, y el público queda atento y expectante por cerca de tres minutos a la respuesta. “¿Cómo se pasa del texto o de la música a la síntesis visual? ¿Cuáles son los primeros pasos del proceso de concepción de una producción? ¿Cómo maneja un equilibrio o la importancia de los elementos de la puesta en escena?”.
Tras ese tiempo el célebre director norteamericano rompe el silencio y dice en su inglés con acento texano “Good Morning (Buenos días)”. El público rompe a reír y Wilson dice: “La razón por la cual trabajo como artista es por hacer preguntas. Es decir, ‘pregunto’ qué es y no por ‘decir’ qué es algo”. Y explicó que en el teatro siempre comienza a construir una obra a partir del silencio. “Comienzo con escuchar primero el espacio, la sala, luego agrego la luz, la luz crea el espacio. Sin luz no hay espacio. Luego comienzo el montaje”, detalló.
Cuando se cierran los ojos el sentido del oído se agudiza, pero ¿Cómo escuchar mejor con los ojos abiertos? La respuesta es una pregunta que Wilson se hace: “El desafío para mí como director es la pregunta, ¿puedo poner algo en escena que me permita que yo vea mejor, que yo escuche mejor con los ojos abiertos que si los tuviera cerrado?”
“Mi trabajo en el teatro está construido de la manera como se hace una cheese burger”
Cada una de las capas de la hamburguesa tiene una textura, un color y un sabor diferente. “Yo trabajo con la luz en forma independiente, no para que la luz sea una ilustración de la música o del texto. El gesto del actor es algo independiente, no para ilustrar el texto o la música.”, dijo Wilson. Y así, la música y la arquitectura del espacio serían otras capas, que no tienen porqué ilustrar las palabras. Y esto lo recalca tanto porque considera que en el teatro generalmente se usan los elementos para ilustrar y eso es “aburrido”, según él.
El diálogo sigue su curso y el director cuenta que las tres influencias primarias para él han sido la del coreógrafo George Balanchine, por los patrones clásicos de su danza, y la construcción del tiempo y el espacio de su ballet; la de un niño sordo que conoció, por su manera de ver el mundo de forma visual; y la de un niño encerrado en una institución para infantes con daño cerebral en Nueva York, lejos de la sociedad, la que es incapaz de discernir patrones matemáticos como los que ese niño encontraba. Cuenta la historia de estos dos niños y un conmocionado público termina aplaudiendo con energía y él, tras responder algunas preguntas, deja el micrófono y vuelve al silencio.