“Historia de la Sangre”, la Obra que Consolidó al Teatro la Memoria, se Remonta en Santiago a Mil
lunes, 25 enero, 2010 | Tema: Noticias, Noticias 2010, Portada | | Tweet
El montaje estrenado en 1992 se presenta como parte de la selección Bicentenario del Festival Santiago a Mil y en ella participará el elenco original y se utilizará el mismo vestuario de hace 18 años. Cuenta con las actuaciones de Paulina Urrutia, Amparo Noguera, Rodrigo Pérez, Francisco Reyes, Maritza Estrada y Pablo Schwarz, bajo la dirección de Alfredo Castro. Las entradas para todas las funciones están agotadas.
La Chica del Peral, Rosa La Descuartizadora, El Chilenito Bueno, La Gran Bestia, Isabel La Mapuche y El Boxeador. Paulina Urrutia, Amparo Noguera, Rodrigo Pérez, Francisco Reyes, Maritza Estrada y Pablo Schwarz, bajo la dirección de Alfredo Castro.
Un elenco que quedó grabado en la memoria, que marcó un hito en el teatro chileno de los 90 con la obra “Historia de la Sangre” y que desde hoy vuelve, tras 18 años desde su estreno, a presentarse en el Teatro La Memoria, como parte de la selección Bicentenario del Festival Internacional Santiago a Mil, en uno de los montajes más esperados de este año.
Corría el año 1992 cuando un grupo de jóvenes actores daba forma a la segunda parte de la Trilogía Testimonial de Chile, iniciada con “La manzana de Adán” (1989), basada en testimonios de travestis marginales, y que luego incluyó “Los días tuertos” (1993), sobre testimonios de vagabundos, viejos cartoneros y magos especialistas en match.
Se trataba de “Historia de la sangre”, obra que escarbó en las historias de asesinos que habían matado por amor y que se encontraban recluidos en centros carcelarios o psiquiátricos. Apelando a un imaginario donde el deseo, el secreto, el placer y la culpan se entremezclan a través de seis monólogos, la compañía Teatro La Memoria se internó en una marginalidad y una violencia basada en testimonios reales que para el momento de su estreno provocó cierto rechazo y que muchos se negaron a reconocer.
Fue una obra rupturista, dura en sus textos, difícil de clasificar, incómoda para la época y que “caló porque tomó un lenguaje que estaba expulsado de la escena en Chile”, afirma Castro, y agrega, “a ningún dramaturgo se le pasó por la mente nunca incluir esa textura en sus escritos, entonces, cuando la crítica, la prensa y el público escucha la obra, dice ‘pero ¿qué es esto?’ y tú respondes ‘es como hablamos nosotros, ese hombre esta a cinco cuadras de acá en un hospital psiquiátrico o a un cuarto de hora en Colina internado, es un chileno que mató a sus dos hijos, los degolló porque no quería que tuvieran un segundo papá”.
Para la elaboración de la obra, Castro y Rodrigo Pérez entrevistaron sobre su percepción del país y la sociedad a presos y enfermos mentales que cometieron crímenes pasionales. Esas historias fueron luego sometidas a una re-escritura dramática realizada por la sicoanalista Francesca Lombardo y a todo este universo se sumó un relato de la crónica roja conocido como “Las Cajitas de Agua”, crimen ocurrido en Santiago en 1918 por una repartidora de diarios llamada Rosa Faúndez, quien después de descuartizar a su conviviente esparció su cuerpo por la ciudad.
Un dato curioso: ninguno de los intérpretes estuvo nunca frente al “modelo original” en que se basó su personaje, ni vio fotografías ni grabaciones, por lo que se vieron enfrentados a su propio fantasma, “su sector más ominoso, doloroso, de mayor pérdida y también humor. Cuando uno habla de esto siempre se estima que es sólo algo muy oscuro, pero también hay una región que tiene que ver con el humor y el país y en ese lenguaje hay una nación, un lenguaje que nos convoca y donde nos reconocemos”, dice Castro.
Fue una decisión artística que rindió frutos, ya que tras este montaje las actuaciones fueron en más de una oportunidad emuladas y se asentó la metodología explorada por Castro como director y dramaturgo, que se relaciona con la reconstitución de escena.
Por su parte, Francisco Reyes o “La gran bestia” afirma que esta reposición es “mágica, porque curiosamente el cuerpo tiene memoria y a los pocos ensayos estábamos haciéndolo como si no hubiésemos parado nunca”.
Sobre la recepción que esperan del público, Reyes comenta que “la primera aproximación va a ser de curiosidad, pero creo que bien recibida. Es una obra que sigue teniendo potencia artística y aunque si bien algunos códigos son antiguos para el teatro que se hace hoy, creo que no va a dejar de impactar”.
Esta versión de “Historia de la sangre” será un verdadero regreso en el tiempo, porque además de un elenco igual al de 1992 -incluida en sus filas la actual Ministra de Cultura, Paulina Urrutia-, el vestuario también será el original así como también se recreará la precariedad que se observaba en la puesta en escena de aquellos años.
“Historia de la sangre” se presenta desde el 25 al 31 de enero, a las 21 horas, en el Teatro La Memoria.
Las entradas se encuentran agotadas.
